Salud Mental y Covid-19
La salud mental durante la pandemia de Covid-19 es uno de los temas menos atendidos, pero que ha cobrado cada vez más relevancia con el correr de los meses y la continuidad de la situación. Los especialistas advierten que la epidemia, que es una emergencia sanitaria, tiene consecuencias físicas y en salud mental. Este último impacto, sin embargo, ha sido menos atendido.
Cada persona tiene sus propios condicionamientos para recibir el impacto de la situación: los eventos tienen potencialidad traumática y la vulnerabilidad psicosocial de cada uno es determinada por distintos elementos (género, edad, situación socioeconómica, etnia, el rol ocupacional y, algo que se ha trabajado aún menos, las condiciones de salud previas).
La combinación, entonces, de la situación excepcional y el golpe traumático, como explica el licenciado en psicología y trabajador del Hospital Belgrano, Carlos Barzani, se une a otros elementos para determinar el impacto que tendrá la situación. Los pacientes con diabetes son, en este sentido, grupos en riesgo y el temor -el impacto en general- se amplifica.
“Si uno entra en esos grupos se ve afectado por miedo y la paranoia”, explica Barzani, aunque aclara que es difícil delimitar la frontera entre cautela necesaria y temor exagerado e irracional: “El miedo sirve para generar precaución, pero cuando eso excede lo necesario hay que trabajarlo. El límite puede ser muy fino”.
A su vez, durante la pandemia de Covid-19 ha tenido un rol crucial la información. Por dos motivos, explica el especialista en salud mental. Por un lado, porque ha sido cambiante y la certeza es esquiva: cada vez hay más noticias que modifican lo que los médicos y la ciencia sabían al principio. “el punto es que es un momento de incertidumbre, además de la ruptura abrupta entre la vida anterior, los proyectos, y la situación actual. Fue un quiebre traumático y eso provoca angustias y bajones”.
Si bien la psicología clínica ayuda a transitar las angustias sin esquivarlas, Barzani propone no sobre informarse ni estar constantemente mirando noticias. Es el otro foco en el que la información, en este caso excesiva, provoca ansiedad y malestar.
Aprender a manejar la angustia y convivir con el temor, a su vez, no implica negar el riesgo. Esto es clave porque todos estamos expuestos, pero algunos tienen más riesgos que otros. “Es el peligro de la negación, ante tamaña angustia la niego, la escondo y pienso que no me va a pasar”, explica Barzani.
En relación a cómo sobrellevar estos tiempos de ansiedad, o falta de sueño, sumado a las dificultades para ordenar tiempos y horarios, los especialistas aconsejan reacomodar rutinas, intentar gratificarse con actividades reconfortantes y placenteras -siempre que no atenten contra la salud y el cuidado- y no quedar recluidos: es importante el contacto con seres queridos, aunque sea con protocolos o virtualmente.
Algunas recomendaciones de los especialistas:
- Mantener y adaptar la comunicación y la relación con las demás personas.
- Ajustar las expectativas y adaptar las actividades y las rutinas.
- Hablar con el médico sobre los temores ante lo desconocido, nutrirse de grupos de pertenencia que estén pasando por una experiencia similar: el intercambio con narrativas resilientes adaptadas a la situación que se atraviesa es un acompañamiento destacado.
- Fortalecer la búsqueda de actividades reconfortantes: ejercicio físico, alimentación saludable, desconexión necesaria y atención especial a necesidades de esparcimiento.
- Gestionar la información que obtengamos y la información que demos
- Enfocarse en lo que uno puede controlar / regular
- Conoce los sentimientos que podrías llegar a atravesar: es clave encontrarle el sentido a la situación
EVITAR
- Aumentar el consumo de alcohol.
- Fumar más.
- Hablar constantemente sobre el COVID-19, ya que eso podría aumentar tu ansiedad y crearte dificultades para hacer frente al estrés.
Si tienes una condición preexistente de salud mental
- Acudir a tu red de apoyo cuando te sientas abrumada o abrumado.
- Estar consciente de tus vulnerabilidades y factores desencadenantes.
- Utilizar tus estrategias para hacer frente a la situación de forma activa.
Fuentes: OMS y Organización Panamericana de la Salud.