Día mundial del Corazón: el delicado vínculo de la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares
Como cada año y desde 2000, a instancias de la Federación Mundial del Corazón con el apoyo de la OMS y la UNESCO este 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, con el foco puesto en generar entornos saludables y concientizar en la prevención de la población sobre los riesgos y las formas de evitar sufrir enfermedades cardiovasculares. Estas constituyen la primera causa de muertes prematuras en todo el mundo -con más de 17 millones de muertes anuales- y desde la Sociedad Cardiológica Argentina se sumaron a la Organización Mundial de la Salud en el proyecto 25×25 para bajar la mortalidad un 25% a causa de enfermedades no transmisibles para 2025. El foco una vez más, se coloca en prevención dado que gran parte de estas muertes se podrían prevenir fácilmente con ejercicio, alimentación saludable, menos azúcar, menos sal y sin tabaco, por ejemplo.
Hipertensión y Diabetes
El estrecho vínculo entre diabetes y enfermedades cardiovasculares suele darse a través de la hipertensión arterial: otra enfermedad silenciosa porque no tiene sintomatología visible. La hipertensión arterial y la cardiopatía vinculada a ella es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular. Además, al igual que la diabetes, la hipertensión es una enfermedad silenciosa que puede ir dañando al corazón año a año sin notarlo hasta que el problema se torna grave. Otro detalle clave en el vínculo entre hipertensión y diabetes se da porque los estudios clínicos y académicos a la fecha han demostrado que la prevalencia de la hipertensión en pacientes con Diabetes T2 es muy alta: “La prevalencia de la hipertensión arterial (HTA) en los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es 1,5-2 veces superior que en pacientes no diabéticos. Por otra parte, los hipertensos tienen un riesgo 2,5 veces superior de desarrollar diabetes mellitus tipo 2. De esta forma entre un 50 y un 60% de los diabéticos son hipertensos, porcentaje que aumenta con la edad.*
Una vez más, la clave está en la prevención, en llevar una vida saludable y en chequeos periódicos. Y una vez detectada la enfermedad -sea diabetes o sea hipertensión- en controlar con el médico la medicación apropiada.
*Fuente: Sowers JR, Epstein M, Frohlich ED. Diabetes, hypertension and cardiovascular disease. Hypertension 2001; 37: 1053-59.