Invierno y diabetes: Algunos consejos para que el cambio de estación no te afecte
Ha comenzado el invierno y el clima invita a hibernar hasta que pase el frío. Los mejores planes que sugiere esta estación del año consisten en mantenerse cerca de la estufa o sentarse en el sillón bajo una manta mirando una serie con una taza de té caliente entre las manos. Los efectos del cambio de temperatura, tanto el frío como el calor excesivo, pueden tener un impacto en nuestra salud, por eso, cobra importancia prestar atención y tomar los cuidados necesarios.
Las personas con diabetes tienen que prestar especial atención a sus mediciones durante esta temporada, ya que pueden ver elevados sus niveles de azúcar dado que el organismo produce glucosa en mayores cantidades para alcanzar una mayor temperatura corporal. También deben estar atentos a la hora de identificar la hipoglucemia, ya que los temblores y la sensación de frío son algunos de sus síntomas característicos y pueden confundirse.
Pero, sobre todo, con la llegada de los días fríos cambiamos rutinas saludables como las caminatas o el ejercicio al aire libre y tendemos al sedentarismo con sus efectos negativos sobre la salud. Esta caída de la actividad física se da al mismo tiempo que aumenta nuestro consumo de alimentos. Según algunas investigaciones, se trata del impulso genético de nuestro organismo en la búsqueda de generar reservas de energías para enfrentar la escasez de comida que vivieron nuestros antepasados durante estas estaciones hace muchos años.
Otra consecuencia del invierno es el resecamiento de la piel por distintos factores durante esta temporada. Por un lado, como resultado de la contracción de los vasos capilares, lo que dificulta la recepción de suficientes nutrientes y oxígeno. Por el otro, por la exposición al viento frío y por el contraste entre las temperaturas del exterior y las que encontramos en los interiores calefaccionados de nuestros hogares y lugares de trabajo.
Por todas estas razones, aportamos una serie de consejos y sugerencias para que el invierno no impacte negativamente en la salud y, en especial, en la de las personas con diabetes.
- Hidratación: Cuando bajan las temperaturas ingerimos menos agua, lo que aumenta los niveles de azúcar en sangre. Esto también afecta a nuestra piel que se reseca por la deshidratación y por los efectos de las condiciones climáticas. Mantenerse hidratado, ingerir líquidos en abundancia y proteger la piel con cremas es fundamental.
- Abrigarse es muy importante. Evitar los cambios súbitos de temperatura colabora en el sostenimiento de niveles estables de glucosa.
- Alimentación: con el frío crece la necesidad de consumir más calorías. Por eso es fundamental elegir los ingredientes y las técnicas de cocción más saludables, algo que queda fuera de nuestro alcance cuando pedimos comida para llevar. Por eso es importante cocinar en casa, tener algunas recetas simples a mano y seleccionar bien los productos que consumiremos. Las verduras son un gran aporte de fibras y bajas en carbohidratos. A la hora de consumir carne, es mejor optar por carnes magras o recortar la grasa de lo que vayamos a consumir. Esto evitará el consumo innecesario de grasas saturadas. Otra buena opción son los pescados y mariscos con alto contenido de Omega 3, que ayuda a mantener el corazón sano. No menos importante son los métodos de cocción. Prueba distintas técnicas como asar a la parrilla, cocinar al vapor o en el horno.
- Cuidado de los pies: El frío puede disminuir la sensibilidad en los pies. El uso de calzado abrigado es importante, tanto como prestar atención al cuidado de los pies. Utilizar crema hidratante para evitar que se reseque la piel y controlar cotidianamente no tener heridas que se puedan infectar.
- Actividad física: Con este clima se alejan las ganas de salir al parque o de acercarse al gimnasio para realizar tus actividades físicas, pero hay varias opciones para seguir en movimiento. Existen gran diversidad de tutoriales y aplicaciones con rutinas para hacer ejercicios puertas adentro, con clases de yoga, aeróbicos, etc. La actividad física es clave en el control de los niveles de glucosa. También es importante mantenerse activo en la vida cotidiana. Por ejemplo, se puede reemplazar el uso del ascensor o la escalera mecánica por la escalera; también en los desplazamientos, si las distancias no son grandes, se puede optar por una caminata en lugar del uso del vehículo; en la oficina es ideal no permanecer sentado en el escritorio durante mucho tiempo, hacer descansos intermitentes cada una hora puede servir, pararse y caminar 5 minutos. Que el frio no sea una excusa para quedarnos quietos ¡Hay muchas opciones!
- A la hora de medir los niveles de glucosa en sangre, hay que tomar recaudos para que las manos frías no generen mediciones incorrectas. Se recomienda lavarse las manos con agua tibia antes de obtener una muestra.
Ante cualquier cambio abrupto en los niveles de glucosa o frente a la aparición de síntomas indeseados, consultá a tu médico. Es la persona mejor preparada para responder tus dudas y aconsejarte tratamientos.